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Fatalidad y libertad: una visión estoica de la existencia

Actualizado: 6 jun 2021


Estoicismo Fernando Mosteiro

Párate un momento. Si si, me estoy refiriendo a ti. Permíteme, estimado lector/a, que podamos hacer una introspección conjunta de nuestras vidas. Es más, no hay mejor momento que el ahora para hacerlo, en mi presente redactando este artículo y tu ahora leyéndolo, convirtiéndose en el mismo momento: En un instante mutuo.


Ahora pensemos en nuestro día a día. ¿Qué es lo que tememos, cual es la fuente de la que emana todo nuestro miedo y sufrimiento? Existen seguramente infinitas respuestas y motivos, siendo distintos en cada caso en particular. Desde la preocupación por la salud de un ser querido, la inmensa incertidumbre sobre nuestro futuro laboral y/o económico, el distanciamiento o rechazo de la persona amada, el vértigo de nuestra mortalidad... Recoge todos esos pensamientos, concuerden o no con los expuestos, y tráelos a primera línea. Reflexionemos sobre los mismos. ¿Tienen solución? ¿Puedo hacerles frente sin quemarme vivo en el intento?


En el mundo que nos toca habitar, repleto de incógnitas y de exacerbado frenesí, resulta crucial detenerse y plantearse el rumbo a seguir en beneficio de nuestros intereses e inquietudes personales. ¿Podemos manipular nuestro exterior? ¿Soy capaz de que mi ser querido recobre su salud, de que la persona a quien amo sienta lo mismo por mí o de colmarme de éxitos por los cuales ser reconocido por los demás? Si así fuera no sigas leyendo. Este artículo no va dirigido hacia aquellas personas que, por el motivo que fuera, se ven así mismos como semidioses. A estos últimos lo único que puedo decirles en forma de consejo es que ahorren todo lo que puedan para futuras sesiones de psicoterapia.


La fatalidad de la existencia es ineludible para todos. Abrazarla antes de que esta se abalance contra nosotros, de carácter genuinamente primordial. Todos sufriremos reveses en nuestras andaduras vitales los cuales no dependerán de acciones u omisiones nuestras en su mayoría. Aceptar el devenir, crudo a veces y dulce otras, es de suma importancia ya que no es asunto que nos atañe ni que podamos cambiar a nuestro antojo.


Esta interiorización de la fatalidad del destino nos hace libres. Y nos preguntaremos ¿Cómo esto es así? ¿Por qué esta forma de habitar la realidad nos libera? A priori nos condena a sufrir un sentimiento de impotencia sin parangón. Pero como todo en la vida, las cosas no son lo que parecen a primera vista. El destierro de la voluntad de control sobre nuestro exterior nos convierte en expertos observadores de nosotros mismos, de nuestro interior inmediato. Es decir, de nuestro arte de vivir con lo que y quienes nos rodean, respetando la otredad de estos bajo la virtud característica del amor fati.

Nietzsche Fernando Mosteiro
Se suele asociar el amor fati a la idea de "eterno retorno" acuñada por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche

Disfruta de los momentos que pases con tus seres queridos con mermada salud, atrévete a mostrar tu amor a quien lo profeses sin miedo al rechazo, ya que obrarás tal y como crees que debes obrar y reflexiona sobre qué es fundamental en tu andadura vital. Lo irreemplazable, la cotidianidad del placer de existir. Marco Aurelio, emperador del imperio romano en el siglo II d.C, expone en el siguiente aforismo la importancia radical del sentido de la existencia humana:


Aunque debieras vivir tres mil años y aun diez veces otros tantos, acuérdate siempre que no se pierde otra vida que la que se vive y que sólo se vive la que se pierde. Así, la más larga vida y la más corta vienen a reducirse a lo mismo.


En última instancia, resulta imprescindible conocer que se necesita un equipaje ligero para realizar esta travesía en la que nos vemos embarcados sin quererlo. Un peso que acarreamos en nuestro interior pero que debemos manejar como quién dirige una cometa al viento.


Dejándose llevar.

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