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Mi experiencia en Tinder



Tinder Jack Ryan Fernando Mosteiro
Tinder es una aplicación de citas y encuentros, lanzada al mercado el 12 de septiembre de 2012

Vivimos en el mundo de los noodles instantáneos, del café para llevar, del descanso de 5 minutos para echarse un cigarro: el mundo del placer inmediato. No era de extrañar que esto se llevase a las relaciones humanas.


En 2012, un par de yankees (Sean Rad y Justin Mateen) lanzan una red social en la que puedes ver fotos de personas desconocidas, una breve descripción y decir si te gusta o no. Si os gustáis mutuamente se llama "match", se abre la opción de un chat y a partir de ahí es cosa de los usuarios. Las app de citas venían de antes, y el "ligoteo" online ha estado ahí desde siempre. No sé si alguien recuerda el Terrachat, ese magnifico chat donde podías entrar y charlar con usuarios tan alegres como "Pollacalva69" o "Morenita88". Tinder es el culmen de todo esto, consiguió reunir en una plataforma a "Pollacalva69" y a tus amistades de la infancia que nunca tuvieron ningún interés en esas bizarradas de internet. Tanto el rarito que se la pasaba masturbándose delante de un chat como la persona más común del mundo pueden conocerse algún día gracias a un match.


Confieso: yo entraba en el Terrachat. Tanto yo como mis amigos, apenas llegando a la adolescencia, quedábamos en la biblioteca municipal y entrábamos a vacilar a gente en el chat. Sí, no era de esos que se masturbaban delante del chat. Y hoy en día soy un usuario de Tinder. Soy de esos pocos ilusos que usa Tinder para descubrir a gente interesante y sumarla a mi círculo. Pero no siempre lo usé así.


Al principio usaba el Tinder como quien usa Pornhub: iba a lo que iba. Entraba, hablaba con alguien durante un par de días, quedábamos, follábamos, a veces se repetía y otras no. Un día, hace ya cuatro años al menos, conocí a una chica que me llamó especialmente la atención. Se ve que yo a ella también, pues nos conocimos, fuimos quedando y no sé cómo lo hicimos pero pasamos tres años de relación, con sus más y sus menos. Aunque para ser justos, eso es culpa de servidor y no de Tinder. Después de cortar volví a la app, y la relación que había tenido lo cambió todo. Había descubierto que a través de Tinder puedes enamorarte de alguien de una manera loca y pasar tres años de tu vida, que esa posibilidad existe. Así que cambié mi perspectiva y el uso de la aplicación, dejé de buscar sexo y empecé a buscar personas, relaciones afectivas, gente con la que ver una peli, tomar una caña, gente que añadir mi círculo. Ahí se jodió todo.

Tinder Jack Ryan Fernando Mosteiro

Cuando haces match con alguien, pueden pasar varias cosas: la primera es que no os habléis. Sin más. La segunda es que le hables a la otra persona y que no te responda. Esto se puede deber a que a veces alguien te da like sólo para saber si te gusta. O entras en su perfil y ves que tiene puesto su instagram, que sólo está buscando seguidores. La tercera y más común es que habléis y tengáis una charla insulsa basada en "hola, ¿Qué tal? ¿A qué te dedicas?" que con suerte acaba en cerveza en una terraza y una conversación real. La cuarta es como la anterior pero con una conversación original. Y la quinta es la más sorprendente hasta para mí, que durante un tiempo sólo buscaba sexo en esa app. La gente que va a saco.


Sin ir más lejos, el otro día me habló una chica diciéndome que tenía tres dones:


-¿Qué dones tienes?


-El primero son mis tetas


-¿Y el segundo es tu culo?


-Y el tercero es que la chupo de puta madre.


Entendí que a algunas personas eso le puede parecer sexy o algo así, aunque al menos a mí me provocaba incomodidad. Era una persona que me resultaba atractiva y era incapaz de entender que esas tres cosas sean dones para alguien. Me dio cierta lástima, pero quizás lo decía sólo para ligar. Lo que me resultó más curioso de todo es que me sentí vacío. ¿Era eso lo común de encontrar en esa app? Si era así, ¿Qué hago yo ahí? ¿Seguir con esperanzas porque un par de veces me encontré con gente guay?


Cuando hablo con los usuarios, en la mayoría de los casos me encuentro a gente rota, a gente que tiene algún tipo de problema con la vida, consigo misma, con sus padres... Y me planteo si yo soy uno de ellos también. Al fin y al cabo, yo también estoy en la app, yo también puedo ser un loco de Tinder.


En una cita con una chica con la que ya había quedado otras veces, ella me intentó forzar a follar en el medio de la calle, desabrochándome el pantalón. Tuve que apartarla empujándola. Se fue gritándome que sólo me quería para follar, y que si no había sexo que me fuese a la mierda. En otra ocasión, quedé en una terraza para tomar algo con otra mujer, la cual, después de tres copas se puso a gritarle a quien pasaba "¿te vienes para mi casa después, guapo?" y cosas por el estilo. También se puso a sobarnos al camarero y a mí. Me levanté y me fui. En otra, quedé con una chica y con mis amigos y ella se puso a soltar cosas sobre sus traumas y problemas mentales, a decirme literalmente " te pareces a mi ex, el que me maltrataba" y a darle la brasa a mis amigos con sus fotos de Instagram.


Y me pregunto: ¿seré yo una anécdota rara de Tinder para otras personas? ¿Alguna vez habré dicho o hecho algo raro sin darme cuenta? Porque me imagino que esta gente no se da cuenta de que lo que hacen es, como mínimo, raro.

Tinder Jack Ryan Fernando Mosteiro

Cuando alguien te cae bien quedáis, veis una película, tomáis algo en un bar, vais a un museo... y os acostáis en la primera cita. Sí, es frecuente, aunque no ocurre siempre. Y con suerte después de ese día volvéis a hablar. Sino, cada uno por su lado y a otra cosa mariposa. Ya te he consumido, ya está, ahora a buscar a la siguiente persona que consumir. Te cojo, te uso y me voy. No me voy a victimizar, yo también he actuado así, y tanto cuando lo hago como cuando me lo hacen, el sentimiento es el mismo: vacío.


¿Es cosa mía? Ese vacío que me devora por dentro al sentirme usado o cuando uso a alguien, al sentirme despreciado por alguien que ni me conoce, que no ve en mí más que el cacho de carne para pasar el rato, ¿es cosa mía?


La necesidad del placer instantáneo, de que la satisfacción llegue ya mismo. La costumbre a tener todo al alcance de la mano sin salir de casa, hasta tu pareja sexual. He caído dentro de eso, mis relaciones normales se ven enturbiadas por costumbres que cogí en Tinder. Apenas sé conocer a alguien hablando cara a cara, en persona. Me he vuelto más cerrado pues no tengo costumbre de relacionarme con alguien por como pienso o siento. Me he vuelto más sexual e incluso a veces me cuesta conocer a una persona nueva y pensar sólo en amistad. No es justo culpar sólo a Tinder, pero es un trabajo que yo había hecho hace años y que ahora tengo que volver a hacer, que volver a deconstruír. Y lo peor es que mañana seguramente vuelva a entrar a Tinder, pensando de nuevo que si encontré a alguien con quien pasé tres años de mi vida, todavía hay esperanza. Pensando que si yo me siento así y estoy usando esa app, alguien más como yo puede haber ahí.


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